Dentro de lo que fuera la antigua casa de Francisco Gómez y Juana de Ovalle, con posterioridad pasó a ser sede del colegio de Niñas Mestizas de Latinoamérica, bajo los auspicios de la Cofradía del Santísimo Sacramento.
Tres siglos después, el devenir histórico nacional dio origen a las Leyes de Reforma.Una vez desmantelado, a finales del Siglo XIX, el recinto colegial pasó a convertirse en la sede del Casino Alemán.
A principios del siglo XX, la Presidencia de la República decidió que la Ciudad de México debía tener un teatro relevante, y es así como el 9 de junio de 1909, en lo que fuera la sede del Colegio y el Casino Alemán, el Presidente Porfirio Díaz inaugura, con la ópera “Carmen” de Bizet, el entonces lujoso Teatro Colón, el cual en 1934 se convierte en el famoso “Cine Imperial”.